Poco a poco en la periferia del techo se dibujan puntitos nacarados,
Despierto del reposo intranquilo
Con los ojos abiertos de palabras
En medio de una superficie bruñida de marfil
La ausencia me pesa sobre la frente escarchada,
Mientras las sombras intentan olvidar
Las emisiones vaporosas de un baño turco
Y el tejado se condensa en goteras invertidas.
Cierro los ojos para que las palabras circulen en mi mente
y las musito en voz baja a la pared,
la puerta se abre sola y se traga el pestillo,
el hombrecillo cae de bruces y se licua despacio.
Pienso fijando la vista en el techo para no distraerme,
Me distraigo para no pensar en lo convenido,
En la conveniencia, ni en Carreño y su etiqueta
Y miro al techo plácido,
para remover las imágenes diluidas en el lecho.
Estoy fría y me palpo muerta,
Las paredes se encogen y se acercan a mi retina,
Cierro los ojos para no ver los cuadros y los libros,
Pero las palabras rebalsan el conducto lagrimal
Y se escurren por mi garganta y mis mejillas.
Las paredes se doblan rodeándome,
Se pliegan en infinitas posturas y los cuadros me encaran,
Mientras me gritan brotan más palabras,
Etiquetas: Poemas
1 Comment:
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- Anónimo said...
2:44 a. m. GMT-3debe ser uno de los que mas me gustan, espero que esten bien...cuidate, te quiero ver viva!