El piso estaba frío, duro, catártico, y la madera áspera, llena de imperfecciones de la madera podrida. Los cabellos le impedían la visión, mas no tenía intención real de mirar. Cerró en silencio los ojos, por horas,días,meses, hasta que olvidó que el tiempo transcurría como goteras.
El ambiente estaba enrarecido, hacía que los músculos se pegaran a la madera, rígidos, el polvo le cubría las pestañas, el aire estaba cargado de iras, la oscuridad de los ojos cerrados recreaba la ilusoria imagen de cientos de pies que transitaban, rondándola.
Tenía un miedo irracional, como si la fuera a despegar del piso, aprehendida y camino a la desaparición inevitable. Silencio.La noche caía, los gritos cantaban, los pasos desaparecían, iban camino a su hogar montones de zapatos. Silencio. Bajo el piso algo se movía, las cucarachas infestas se columpiaban sobre las tablas, el piso crujía, alguien caminaba hacia ella.
Cerró los ojos y aguzó el oído, algo respiraba, alguien respiraba...y lentamente acariciaba su cabeza. Silencio. Removieron los empolvados cabellos del piso, entreabrió los ojos y contempló un mocasín negro.Etiquetas: Escolopendra
esome encanto..lo recalco de nuevo porque me gusta, se asemeja a un escritor que conoci en algun tiempo...
es un lindo placebo leerte.