Mostrando las entradas con la etiqueta Cartas para nadie. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Cartas para nadie. Mostrar todas las entradas


Me he dedicado a mirar sus despojos estos últimos días. He notado que hay ciertos aspectos que han cambiado. Quizás el otoño naciente nos haya desencontrado a destiempo. Supongo no lo ha notado, ni tampoco las lagunas frente al espejo.

La vida es como mirar el paisaje desde la ventanilla de un tren, probablemente en este viaje no estemos compartiendo asientos, y no podamos comentar acerca de lo que vemos. Desde mi actual ubicación se ve el cielo un poco nublado, surcado por esas nubes que bien pueden parecer música; es agreste el cuadro, se ven personas aisladas en medio de algunos pantanos, llamando a sus animales con paciencia. Probablemente no vea usted lo mismo, y una urbe magnánima transcurra frente a sus ojos, trayendo en su ritmo vertiginoso una verdadera novedad; que mi paisaje rupestre nunca ha poseído. En todo caso, no importa. Me parece que saboreo alguna extraña satisfacción al mirar mi mano escuálida en el vidrio, y al apoyar la cabeza en este, me parece verlo en el asiento trasero.

Evoco ciertas estupendas palabras y una fragancia de café en su compañía, ahora me parece que ya todo nos es indiferente y no sé a quien culpar; dado que siempre hay un culpable.

¡En fin! Quizás no le importe que le entregue este sobre abierto y sin fecha, hice un cálculo mental acerca de las impresiones que le provocarán las confesiones de esta carta al releerla .No le exijo me responda ni se excuse por no hacerlo, quizás no sea lo suficientemente transparente para decírselo a la cara. Sólo tengo el valor para pedirle una cosa: no me deje sola.

Joven:


No quiero abrir más sobres crípticos que son remitidos a mí, pero no para mí, sino para una muerta. Le aclaro que sus misivas me ofenden y me causan desazón, que no me interesa encontrar palabras que son como flores mustias o discursos fúnebres. Usted no me conoce, no descubrió más que unas pocas hojas del montón de mi otoño. No tuvimos invierno porque no existíamos, o no el nosotros por lo menos. La primavera es engañosa y efímera, pero usted parece empecinarse en creer que algo de dulce hay entre tanto suicidio cotidiano. No somos un verano por motivos que piensa que desconozco, pero sé más de lo que sabe usted que yo sé; sé dejar a las personas sin mirar por sobre mi hombro, recoger mis perchas y marcharme apenas oída la orden, en cinco minutos. Se comprar boletos a una velocidad inimaginable y quemo las cosas sin dejar rastro de humo. No crea que olvidé, porque es mentira, siempre recuerdo las fechas, las caras, las ocasiones, el ruido que tenía un árbol, la ovación de los álamos, el mutis infranqueable de las nubes de polvo y las puñaladas también. Yo perdono, no olvido,¿le queda claro?

Devolvámonos algunas cosas, que quizás ni notamos que cedimos. No me interesa conservar recuerdos en el fondo de un baúl, saquémoslos a flote y gritémonos unas cuantas verdades, aunque sea de un modo violento y poco civilizado. ¿A quien le interesa un poco de urbanidad en estos momentos?

¿Ha visto la panorámica desde el fondo de ataúd en que moro gracias a sus cartas? La frente gélida, las comisuras cosidas al revés, una impasibilidad francamente irritante, la visión anterior de unas caminatas irrelevantes…Responda: ¿Es que los recuerdos de antaño están más vivos que la versión real?

No pretendo seguir reprochándolo.Le envío su fajo de cartas y cosas a la brevedad. Devuélvame mis partes, me siento incompleta. No invente necedades. Si no desea pagar el franqueo , lo cancelo yo.

PD: Dudo que me crea capaz de remitirle esta carta, señor. Quizás jamás mencioné que las muñecas de porcelanas vienen en cajas de sorpresa.

http://www.heritage.edu/test/cheshire.gif


Copyright 2006| Blogger Templates by GeckoandFly modified and converted to Blogger Beta by Blogcrowds.
No part of the content or the blog may be reproduced without prior written permission.