Mientras el silencio era sostenido, y nos mirábamos todas con una pasmosa solemnidad, tronó. La realidad en sepia se volvió rápidamente gris, corrimos azuzadas por el más animal terror. Cundió el pánico, las escaleras de dos en dos subimos, nos alejamos y nos detuvimos a mirar; por la esquina emergió un pedazo de cobertor, desde el fondo saltaron animales de globo.
Etiquetas: Escolopendra
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