Los estertores del llanto habían menguado, y cerníase como un halo luminoso sobre la frente la fiebre. Las pupilas dilatadas evidenciaban que el alma había estado apunto de escurrirse por los ojos, que miles de gotas saladas la habían cuasi expulsado hacia fuera. Las mejillas quemaban como brasas, y aquel tono dílico, grisáceo cotidianamente, había sido reemplazado por un rojo encendido. La boca, la boca curvábase ambivalente hacia arriba o hacia abajo, no sabiendo si caer o no en el histerismo nervioso.El cuerpo se agitaba solo, y la respiración era dudosa y arrítmica por momentos. El aire aspirado no transitaba con facilidad y se escabullía en suspiros entrecortados. Exánime se halla el cuerpo sobre la cama,abrazado a la almohada, hecho mar de tristezas, desolado.
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ya vale te cuidas! gracias y que estes bien adio!
Saludos