Estás ahí, te miro y te me vienes encima, te agrandas,te elevas, te transmutas de estampilla a bodegón, me miras, te miro, siento que nos odiamos en cada fracción de segundo, y un óleo inmenso se edita en medio del estuco. Como un pedazo de papel que te vio nacer, que fue tu testigo, pequeño retrato de carboncillo, afanado en aquella pared renuente, que no te mira como te miro yo. Pequeño retrato colgado en la pared, oculto en las penumbras que te otorgó el artista anónimo, nada menos que un diminuto óleo abstracto de tu perfil, pintura burda de quizás qué juguetes o un payaso triste ideado por la bisabuela; de expresión distante y distraída, estampado en la intemperie, un retrato agudo y senil.
Me miras, te miro, nos odiamos. Unos dedos nudosos esparcen el tinte negro por toda tu cara, y te vuelves amargo, te vuelves gastado y retrocedes, como si estuvieras a la intemperie, empequeñeces de bodegón a estampilla; nada más que un calendario de bolsillo, que me doblega, me estafa, me encuadra, como si fuera yo una hojita tiritona.
Etiquetas: Poemas
un saludo....
cuidese!
chauxxx y cuidese arto ...pequeña
presiosura
ray
†live happy†
Un abrazo ^^,
Me encanta tu escrito, me encanta tu blog y las fotos... Te lo curras eh! jeje
Saluditos desde España y que todo vaya bien!
Se cuidan mucho!
BUENA PROSA!!
Muchos besos