Antes de cerrar la puerta miró por sobre su hombro el montón de papeles tirados, sin pensarlo dos veces, a grandes zancadas cruzó el umbral. En la habitación quedaron todas esas cosas que algún día le parecieron indispensables, unos cuantos retazos de personas que había gustado vestir. Hace algunos momentos, había decidido quitárselos y salir al mundo con una capa muy fina, casi invisible y quemar todos los retazos viejos. Pero al final sólo había conseguido desgarrarlos y dejarlos irreconocibles,cosa nada extraña...poca gente consigue eliminar los malos recuerdos.
Etiquetas: Reflexiones locas
2 Comments:
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
he vuelto a leer!
chau, besitos!
Pareciera absurdo el más elaborado ritual, como si provocara más turbación (nótese)en la cabeza que la conjura.