Escrito por
Inevitable
a la/s
2:49:00 a. m.
Los pies al fin arribaron al extranjero.
Al pisar la casa de los cristales inmensos y esas vanas cosas voladoras, se sumergieron en un vacío idiomático y cultural. Y cuando encontraron un par de zapatos al parecer confiables a los cuales preguntar, se percataron de que no iba al caso. Variaban el lugar, la gente, el modo, pero la constante se mantenía; estaban tan perdidos como siempre.
Al pisar la casa de los cristales inmensos y esas vanas cosas voladoras, se sumergieron en un vacío idiomático y cultural. Y cuando encontraron un par de zapatos al parecer confiables a los cuales preguntar, se percataron de que no iba al caso. Variaban el lugar, la gente, el modo, pero la constante se mantenía; estaban tan perdidos como siempre.
Etiquetas: cronicas de pies
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Aún no se sabe definir en qué momento se interpondrá un número primo.
La manía de la conjetura de Golbach.
El flagelo de ubicarte en zapatos desentonados sobre los cristales extranjeros. Caminar sobre el piso trnsparente, vidrios tan bien limpiados, que no se nota cuando falta uno. Y el golpe.
Las mejores caídas son rodar por la ladera de un cerro, adquirir tal velocidad, frenesí, susto, ansiedad hasta que algo te detenga, en general es un golpe, un árbol, una reja; y las caídas verticales, saltar desde un lugar muy alto, evitar quedar con secuelas físicas, ir al vacío directamente, vivir con los extremos rotos es absurdo, hasta para morir se debe ser inteligente.
Saltar desde mi ventana, cuando la suba mínimo al piso 79 y en octubre, no limpiando ventanas colgado al exterior de un edificio de cristales sucios, jamás dejar los cosas a medias ni callar por callar, es cobarde.
La mejor manera de morir o de vivir es lanzándose al vacío, introspectar la córnea del sujeto al que miras y hundirle el dedo para saber si es real o un invento mal hecho, es definitiva la opción de abrir los muslos, los dedos, los labios, estrechar la lengua con el helado de fruta o separar los párpados.
Y caer desde un piso de cristales, sería fenomenal. Porque nos encuentra la sorpresa. Tanto falta. La sorpresa siempre nos hace falta.
La constante cambia el ángulo cuando cambias el factor, así podrás parametrizar corazones, flores o sombreros, exterminar la agonía -tan solo- con un movimiento distinto, pensado, metódico e ínfimo, radicado en la punta de tu nariz tu dedo medio, y todo el universo cambiará sus maneras.
Se está donde se debe estar y no puede ser de otra forma o sería de otra forma.
Devanea, gato tejedor.
Devanea y serás todo encanto.
con mucho carino, Juan Manuel
lindo blog.
chaolin
Raul