Hace algun tiempo los pasos caminan solos. Transitan por la vida en apariencia vacuos, arrastrados por el invierno, por el viento las calles, indiferentes entre tanto mar de gente,tan vitalidad, tanto humo de chimenea,caminan como si no existieran ni ellos ni el resto, con agilidad y premura.Son un esquema, por lo menos es lo que piensan los demás pasos al encontrarse con ellos y saludarlos.
Cuando esto ocurre los pasos no les hablan, solo dibujan una expresión calmada, parecen cansados, es posible que esa aseveración sea cierta. Los otros pasos no comprenden la transformación, no entienden el cómo, el porqué, la médula del cambio; no se explican cómo el paso cesó de socializar y puso piloto automático a su rumbo. Ya no se detiene y apenas saluda, parece desinteresado y aunque le han llegado murmuraciones, dan la impresión de no importarle.
Pero lo cierto es que los pasos observan cada ínfimo detalle, se arrastran en lo más recóndito de las calles, encaran los semáforos y evitan otros pies.
Es extraña la sensación de aqueja a esos pasos.
Se sienten transportados a una realidad paralela, admiten que nada es lo mismo. Que probablemente no pisen las mismas huellas y de vez en cuando olfatean el futuro, arrugando la nariz y el entrecejo, para no admitir que tienen miedo.
Etiquetas: cronicas de pies
gracias en verdad me gusto leer esto
JacK: te seguire leyendo hasta que te vallas a china, pero no hay otra forma de comunicacion mas que esta.