Escrito por
Inevitable
a la/s
10:09:00 p. m.
El libro estaba sobre la banca, y a su lado un hombre se sentaba a contemplar morboso la vida. En las calles no transitaba un alma, el viento soplaba simpático. Ante la perspectiva de una tarde aburrida de domingo el joven tomó el libro y lo abrió por la mitad. Sus dedos trazaron una línea entre la unión de las páginas, la asió por un extremo amistosamente, la arrancó y la comió con parsimonia.Repitió el mismo procedimiento varias veces.
El sol caía cuando la tinta surtió efecto, su piel mate se pobló de letras góticas y pies de páginas, se hizo translúcido como papel biblia y finalmente concluyó su domingo siendo una historia con patas.
Etiquetas: Escolopendra
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