Los pies al fin arribaron al extranjero.
Al pisar la casa de los cristales inmensos y esas vanas cosas voladoras, se sumergieron en un vacío idiomático y cultural. Y cuando encontraron un par de zapatos al parecer confiables a los cuales preguntar, se percataron de que no iba al caso. Variaban el lugar, la gente, el modo, pero la constante se mantenía; estaban tan perdidos como siempre.
Al pisar la casa de los cristales inmensos y esas vanas cosas voladoras, se sumergieron en un vacío idiomático y cultural. Y cuando encontraron un par de zapatos al parecer confiables a los cuales preguntar, se percataron de que no iba al caso. Variaban el lugar, la gente, el modo, pero la constante se mantenía; estaban tan perdidos como siempre.
Etiquetas: cronicas de pies
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