Firme, austera y decidida tiro de la frazada. Yo la retengo, la aprisiono entre mis dedos, me enrollo en ella para no escapar, para que no me obligue a escapar.
Se ha ido, se ha ido. Puedo seguir aquí eternamente sin problemas, sin tiempo, sin cliché ni desayunos.
Ha vuelto a intentarlo, yo me agarro a la frazada con más fuerza aún, me integro a la fibra incorpórea y azul de esta, aspiro el aroma de sus noches y leches derramadas.
Y es que he estado así, yendo y volviendo, desterrada, intentando sacarme a mí misma de acá abajo, de este fragor de pelusa y ayuno.
Algo reposa a mi lado, los resortes se quejan bajo un peso mezquino, algo reposa a mi lado.
-¿No pretendes salir?
-¡No! Déjame aquí, estoy feliz aquí.
-Pero tienes que salir, hay cientos de dilemas auténticos esperando allá afuera.
-Ese es el magnánimo problema, todos me esperan en el exterior.
-Deberías sentirte envanecida, a que persona la esperan?-dijo la voz burlesca-. No a cualquiera, eso es evidente.
-No a cualquiera-repito inconexa, intentando conjugar el verbo exacto, no a cualquiera, claro-, no ha cualquiera lo aguardan para despedazarlo como una hoja seca, dejar solo el cadáver de palitos y deleitarse viendo como me derrito bajo el sol. Gracias, no a cualquiera.
-Exacto. Lo terminablemente amable sería prestarse a la sobrevivencia.
-Amabilidad? Y quien la usa ya? Pueden quedarse esperando las lamias, que no saldré.
-No seas inconexa-no sé si mencioné que sabe todo lo que pienso, soy tan predecible...
-Lo soy, es mi esencia.
Tanteo firmemente el terreno y descubro un poco la frazada, dejando el agujero perfecto para atisbar al exterior.
-No seas cobarde ,sé mártir, como todos. ¿Acaso esto no ha sido siempre una carrera a campo traviesa?
No respondo, el ojo aparece en el resquicio y me cubro espantada.Pupila negra,sí, pupila agrandada,sí,pupila vacía,sí.
-Pero no quiero correr...mírame, soy un estropajo, un papelucho que el viento transporta por las veredas cuando le da la gana. ¿Qué hay de poético, de heroico, de altruista en ello?
-Se llama vida, loquilla. Y tú no sales no por que seas simplemente una hoja caída sin propósito, no sales porque tienes miedo de encontrarte al otoño.
-Bueno, sí y qué... no seré el esqueleto de hoja arrastrada nuevamente.
-Pero no necesariamente debes ser una hoja seca, puedes ser un pañuelo que hace espirales en el aire, puedes ser como un libro recién comprado, con olor a nuevo y todo.¿Quién te ha dicho qué debes ser?
-Soy lo que soy, soy lo que he vivido. Soy el switch torcido que sube y baja en espiral. Fui una hoja seca de otoño, y arrastrada por los vientos además.
-¿Y ahora? –tironeando la frazada, resistencia de mi parte-... ¿y ahora qué eres?
-Ahora-me enrollo más y más-... Ahora, soy una fibra de este edredón, y si salgo, el edredón irá conmigo. ¿No respondes?
Se ha ido en silencio mientras yo me fusionaba con la frazada. Destapo el huequito por donde miré anteriormente.En efecto, me he marchado.
Etiquetas: Reflexiones locas
Me alegra que hayas vuelto, besos y abrazos muchacha...
¡Cuántas veces nos habremos sentido así en las mañanas!