Traslocara vidas y destruirá familias
Para agachar la cabeza en caída libre
Tapando la cara para evitar lesiones
Con la pala en la mano y la huesera en el bolsillo
Hasta que la historia se lo trague
Y maquille su tiranía de gloria.
Etiquetas: Poemas
El día que se cayó el cielo a pedazos desperté temprano, oyendo entre sueños a un gallo fugitivo. Cogí un reloj destartalado, que no se movía, en cuyas manillas no quedaba ya restos de rutina. Me paré, abrí la cortina, un hombre me saludó con gesto cómico, una abeja me zumbó al oído, el cielo estaba raro; gaviotas fugitivas se perdían entre las nubes, o quizás estas últimas las engullían como resto de viaje. Las aves eran turistas perdidos en un color pálido, entre un algodón voraz; me pareció interesante. Tomé un vaso y su agua se volvió hiel, leí los obituarios esperando encontrarme. Comencé mi día con el mismo patrón de siempre, vivir hasta que las piernas se me extinguieran de tanto caminar. Mis pies conocían bien el suelo, solía caminar mirándolos, pero aquel día particular otro tópico llamó mi atención; no importaba el florido paisaje si el viento no se comportaba y el cielo tomaba el color de la sangre o un buen vino. Las nubes se alargaban formando rostros huraños y hermosos, brillaban o se devoraban entre ellas. La gente no se mostraba inquieta, pero las aves habían descendido y salpicaban la vereda.
La hecatombe sucedió cuando el cielo estuvo tranquilo tras su palidez grisácea emergió un rayo de luna; el viento se apagó, se vislumbraron en las nubes grietas, tronó un estallido de fiera, cayeron uno,dos,cinco pedazos consecutivamente en las calles, sobre los edificios, las embarcaciones.Las personas corrían ateridas, me refugié bajo un pequeño techo, observando la masacre de nubes.
Serían las 3 de la tarde cuando pareció terminar. Salí del refugio y contemplé el cielo.Pequeños pedazos conservaban su imagen habitual, los pedazos del cielo que habían caído dejaron al descubierto un inmundo cielo raso.
Etiquetas: Cuentos
Firme, austera y decidida tiro de la frazada. Yo la retengo, la aprisiono entre mis dedos, me enrollo en ella para no escapar, para que no me obligue a escapar.
Se ha ido, se ha ido. Puedo seguir aquí eternamente sin problemas, sin tiempo, sin cliché ni desayunos.
Ha vuelto a intentarlo, yo me agarro a la frazada con más fuerza aún, me integro a la fibra incorpórea y azul de esta, aspiro el aroma de sus noches y leches derramadas.
Y es que he estado así, yendo y volviendo, desterrada, intentando sacarme a mí misma de acá abajo, de este fragor de pelusa y ayuno.
Algo reposa a mi lado, los resortes se quejan bajo un peso mezquino, algo reposa a mi lado.
-¿No pretendes salir?
-¡No! Déjame aquí, estoy feliz aquí.
-Pero tienes que salir, hay cientos de dilemas auténticos esperando allá afuera.
-Ese es el magnánimo problema, todos me esperan en el exterior.
-Deberías sentirte envanecida, a que persona la esperan?-dijo la voz burlesca-. No a cualquiera, eso es evidente.
-No a cualquiera-repito inconexa, intentando conjugar el verbo exacto, no a cualquiera, claro-, no ha cualquiera lo aguardan para despedazarlo como una hoja seca, dejar solo el cadáver de palitos y deleitarse viendo como me derrito bajo el sol. Gracias, no a cualquiera.
-Exacto. Lo terminablemente amable sería prestarse a la sobrevivencia.
-Amabilidad? Y quien la usa ya? Pueden quedarse esperando las lamias, que no saldré.
-No seas inconexa-no sé si mencioné que sabe todo lo que pienso, soy tan predecible...
-Lo soy, es mi esencia.
Tanteo firmemente el terreno y descubro un poco la frazada, dejando el agujero perfecto para atisbar al exterior.
-No seas cobarde ,sé mártir, como todos. ¿Acaso esto no ha sido siempre una carrera a campo traviesa?
No respondo, el ojo aparece en el resquicio y me cubro espantada.Pupila negra,sí, pupila agrandada,sí,pupila vacía,sí.
-Pero no quiero correr...mírame, soy un estropajo, un papelucho que el viento transporta por las veredas cuando le da la gana. ¿Qué hay de poético, de heroico, de altruista en ello?
-Se llama vida, loquilla. Y tú no sales no por que seas simplemente una hoja caída sin propósito, no sales porque tienes miedo de encontrarte al otoño.
-Bueno, sí y qué... no seré el esqueleto de hoja arrastrada nuevamente.
-Pero no necesariamente debes ser una hoja seca, puedes ser un pañuelo que hace espirales en el aire, puedes ser como un libro recién comprado, con olor a nuevo y todo.¿Quién te ha dicho qué debes ser?
-Soy lo que soy, soy lo que he vivido. Soy el switch torcido que sube y baja en espiral. Fui una hoja seca de otoño, y arrastrada por los vientos además.
-¿Y ahora? –tironeando la frazada, resistencia de mi parte-... ¿y ahora qué eres?
-Ahora-me enrollo más y más-... Ahora, soy una fibra de este edredón, y si salgo, el edredón irá conmigo. ¿No respondes?
Se ha ido en silencio mientras yo me fusionaba con la frazada. Destapo el huequito por donde miré anteriormente.En efecto, me he marchado.
Etiquetas: Reflexiones locas